"Las Cuatro Estaciones" (de Vivaldi) y las "Cuatro Estaciones Porteñas" (de Piazzolla) figuran en el repertorio que esta noche interpretará la Orquesta Sinfónica de la UNT. El novedoso programa está integrado por estas dos piezas, que dialogan entre sí por medio de puentes escritos entre siglos de literatura musical. Vivaldi compuso un conjunto de cuatro conciertos programáticos para violín, los que tratan sobre la evolución del ciclo de las estaciones.

Además de recorrer las estaciones europeas, la Sinfónica pondrá música al "Verano Porteño" (compuesto en 1964), "Otoño Porteño" (1969), "Primavera Porteña" e "Invierno Porteño" (1970), de Astor Piazzolla. Escrita originalmente para quinteto, será interpretada en un arreglo para guitarra y orquesta. Ricardo Sbrocco conducirá la Sinfónica, mientras que actuarán como solistas Cecilia Isas (violín), en las obras de Vivaldi; y Martín Páez de la Torre (guitarra), en las de Piazzolla.

Isas reside en Buenos Aires y llega entusiasmada para tocar. A ella la conmueve el profundo amor que sentía Vivaldi por la naturaleza, y así se lo contó a LA GACETA.

- Contanos qué significación tiene tu participación en el concierto. ¿Será una nueva experiencia hacerlo con la Orquesta Sinfónica de la UNT?

- Siempre, cada presentación es una nueva experiencia. A pesar de haberlas tocado anteriormente con la Sinfónica dirigida por Buffo y ahora con Sbrocco, cada concierto tiene su mística propia, y uno tampoco es el mismo frente a la obra. Con esta orquesta y con la Camerata Lazarte di mis primeros conciertos como solista aquí en Tucumán. Actualmente la Sinfónica está integrada por muchos que fueron compañeros de estudio o profesores del Conservatorio, de manera que estar en mi provincia y compartir este concierto con ellos tiene un valor agregado que me hace muy feliz. Estoy muy contenta.

- Esa obra de Vivaldi te emociona, ¿qué sentís en particular cuando la escuchas?

- Me conmueve particularmente percibir a través de esta maravillosa obra el profundo amor que sentía Vivaldi por la naturaleza. Siempre me entusiasma estudiarla y lo disfruto desde el primer momento. No puedo dejar de imaginar el universo en que me sumerge el compositor con el despertar de la primavera, el cantar de los pájaros. Cómo no compartir con Vivaldi la sensación, apuntada de puño y letra por el autor en la partitura del Verano: "Languidezza per il caldo". La introspección del Invierno donde lleva al Pastor (a uno) a pensar en su destino, sus miedos.

-El violín es un instrumento especial. Desde tu experiencia, ¿podés hablar de virtudes y defectos?

- Hablar en términos de virtudes y defectos de mi instrumento no me resulta fácil; sí podría mencionar características. Haré unas comparaciones con el piano, sobre todo para que quien lea entienda claramente a qué me refiero. En el violín podemos prolongar la duración de un sonido todo el tiempo que queramos, mientras que en el piano una vez producido el sonido, en ese mismo acto comienza la extinción. En el violín podemos (como un cantante) vibrar una nota, en el piano (que es un instrumente temperado) esto no es posible. En el piano pueden tocarse una gran cantidad de sonidos en forma simultánea, en el violín (que es un instrumento melódico y no armónico como el piano), eso no es posible... Podría extenderme horas hablando de este tema pero terminaré esta respuesta simplemente diciendo que amo el violín.

- ¿Desde cuándo estudiás violín?

- Comencé a estudiar a los 12 años, una edad bastante tardía en comparación con la mayoría de los violinistas, pero la música estuvo presente desde siempre en mi vida porque en mi familia hay otros músicos.